Q. Roo avanza hacia la autonomía tecnológica con Centro de Monitoreo Ambiental y del Sargazo

Cancún, 7 de julio (InZoomMx).- Esteban Amaro, coordinador de la red de monitoreo ambiental y cambio climático en Quintana Roo, destacó la importancia del Centro de Monitoreo Ambiental y del Sargazo al señalar que era una necesidad apremiante dada la constante amenaza de la macroalga en las costas del estado.

Operativo desde hace un año, pero inaugurado oficialmente el viernes pasado por Alicia

Bárcena, secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el centro está equipado con un sistema satelital de última generación, que no sólo se enfoca en el sargazo, sino que también permite monitorear una amplia gama de variables ambientales cruciales.

En entrevista con Radio Fórmula, explicó que la tecnología permite observar el cambio climático, la temperatura, los patrones climáticos e incluso fenómenos como huracanes y tormentas tropicales.

“Esta capacidad integral es vital en un contexto donde los factores climáticos son cada vez más variables e impredecibles”, señaló.

En cuanto a su función principal, el monitoreo del sargazo, el centro proporciona información precisa sobre la aproximación del alga, su trayectoria y el tiempo estimado de arribo.

“Esto nos permite tener una excelente herramienta de planeación para precisamente atender este gran problema que es el sargazo”, afirmó Amaro, subrayando que la clave para una gestión eficiente comienza siempre con un monitoreo preciso.

El sistema utiliza servicios del satélite Sentinel 2 de la Agencia Espacial Europea, lo que, según Amaro, es fundamental ya que estos satélites son los más adecuados por sus características técnicas para la detección del sargazo.

Esteban Amaro calificó la temporada 2025 como “extremadamente fuerte” en materia de sargazo. Las proyecciones indican un incremento notable en la cantidad de alga que llega a las costas, duplicando incluso las cifras de años anteriores considerados de alta afluencia, como 2018 y 2022, cuando se registraron alrededor de 20 millones de toneladas métricas.

Se espera que el sargazo continúe arribando con fuerza, especialmente en puntos específicos como Tulum, Playa del Carmen y la costa este de Cozumel.

Ante este panorama, el centro de monitoreo se vuelve una herramienta esencial para evaluar estrategias de limpieza y la efectividad de barreras sargaceras, como la implementada exitosamente en Puerto Morelos.

Una de las ventajas más significativas del nuevo centro es la autonomía tecnológica que brinda a Quintana Roo. Amaro enfatizó que ya no dependerán exclusivamente de datos generados por agencias extranjeras, como la Universidad del Sur de la Florida o la NOAA de Estados Unidos, que han anunciado el cierre de sus servicios de información para Latinoamérica.

“Esto nos da autonomía en estos datos, nos da también más certeza porque tenemos que estar más atentos y también nos da la posibilidad de generar nuestros propios datos”, explicó.

El proyecto cuenta con la participación de las secretarías de Medio Ambiente del Estado (SEMA) y la de Marina (Semar), encargada de la limpieza en las aguas. Además, se colabora con el Instituto Politécnico Nacional para establecer una red de monitoreo de gases y con otras instituciones de los gobiernos federal y estatal.

También destacó que México ha sido “punta de lanza” en el monitoreo del sargazo a nivel regional, compartiendo constantemente información con otros países del Caribe, lo cual es crucial, ya que el problema afecta a toda la región, con ejemplos como el de la isla de Guadalupe, que recientemente declaró emergencia por la invasión de esta alga.

A diferencia de lo que se podría pensar, el Centro de Monitoreo Ambiental y del Sargazo operará durante todo el año. Si bien durante la temporada de sargazo se le dará prioridad a este fenómeno, sus capacidades van mucho más allá.

Amaro detalló que el centro podrá monitorear incendios, el aumento del nivel del mar, la geomorfología de la costa, la tala clandestina de selva y manglar, la construcción de estructuras no autorizadas, el crecimiento de la mancha urbana, la temperatura del mar para detectar el blanqueamiento de arrecifes coralinos, e incluso tiraderos clandestinos.