Menor quintanarroense desea aprender a leer en comunidad sin escuela, pero con cantina
Kantunilkín, 2 marzo (Infoqroo).- A sus 10 años, Felipe Escamilla López no añora tener juguetes electrónicos ni estar conectado todo el día al internet, en vez de ello, desea solo las armas necesarias para poder leer, facultad que aún no puede ejercer bien por falta de instrucción.
Para él la falta de recursos es un impedimento para que sus padres lo manden a estudiar; de hecho, la escuela más cercana está a cinco kilómetros de su comunidad.
Felipito vive en la comunidad de Quintana, ubicada en los límites de Quintana Roo con Yucatán, y no tiene la oportunidad de estudiar ya que ese poblado solo cuenta con un viejo edificio que algún día funcionó como escuela.
Dijo que para poder estudiar debe irse a la comunidad de Luis Rosado Vega, perteneciente a Yucatán, pero es una travesía muy peligrosa, ya que la carretera es muy transitada por personas que se dirigen hacia la ciudad de Tizimin o a Mérida y teme que ser arrollado.
En tanto, el poblado carece de instructores al menos del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) para atender a los niños en edad escolar.
El menor reconoció que apenas sabe escribir, mientras que leer se le hace más complicado, pero si alguna persona le lee, lo repite y le pone atención a las letras para que aprenda otras frases.
En esto, prosiguió, solo sus hermanas lo ayudan y siempre pone empeño a la lectura para que pueda salir adelante.
El poblado en el que él vive carece de los principales servicios como hospital y sólo la caravana de salud acude cada mes para atender a las familias.
Tampoco hay escuelas de nivel alguno, a pesar de que es necesario para los niños, aunque en contraparte, como suele suceder en estos casos, sí cuenta con una cantina.
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